top of page
Buscar

DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER AFRODESCENDIENTE: MÁS ALLÁ DE UNA ÚNICA OPRESIÓN

Foto del escritor: Círculo de Derechos Humanos - UNMSMCírculo de Derechos Humanos - UNMSM

Emerson Geldres Champi Añasco


INTRODUCCIÓN


La institucionalización del Dia Internacional de la Mujer Afrodescendiente surgió luego de aquella reunión dada en República Dominicana del 25 de julio de 1992 donde mujeres afrodescendientes de treinta y dos naciones de Latinoamérica y del Caribe, conmemoraron aquel día a modo de reivindicación de la lucha de las mujeres afrodescendientes contra aspectos tales como la discriminación racial y la exclusión social. Esto es, se buscó la visibilización del papel de tales mujeres en el advenimiento de un mundo tanto con oportunidades como con respeto a toda diversidad cultural.


Resulta posible argüir sobre la existencia de los múltiples retos, los cuales son muchos, a los que las mujeresafrodescendientes tienen que hacer frente en todos los ámbitos de la vida, por lo que es menester traer a reflexión lo versado por Ochy Curiel quien señala que tanto el concepto de interseccionalidad de Kimberle Crenshaw Willians como el concepto de fusión de María Lugones, constituyen perspectivas claves para una visión crítica feminista que cuestiona la universalización de la categoría “mujeres” desde unas experiencias blancas, burguesas y europeas, por lo que tales conceptualizaciones sugieren acerca del funcionamiento de la imbricación del racismo, del sexismo y del clasismo en las experiencias de las mujeres negras [1].


La problemática que se trae a deliberación frente a las mujeres afrodescendientes tiene su punto de partida en la situación material de los obreros industriales, quienes, venidos desde el mundo rural a las fábricas, pasaron a vivir en condiciones precarias de higiene y salud, poniéndose de manifiesto el surgimiento de la clase social. Asimismo, luego se hizo notar aquella doble explotación de la mujer obrera no solamente en cuestión de los puestos de trabajo sino en las casas insalubres donde han de realizar sus labores domésticas, ello revela la nueva notoriedad de la opresión por el sexo. Por último, la idea de raza se trae a esta discusión luego de concebirse como la construcción mental más duradera y estable del colonialismo, esto es, cuando el capitalismo se hace mundial se configuraron nuevas identidades de la colonialidad. Es decir, al contemplar la situación compleja de la mujer afrodescendiente, se debe entender que no se trata de abordar solamente esas identidades sino también su carácter estructural y sistémico.


Por ello cabe traer a reflexión a Ochy Curiel, quien destaca los aportes de las corrientes más críticas del feminismo y las contribuciones que ha hecho al feminismo decolonial, y permite dar entendimiento al como las opresiones derivadas de raza, clase y sexo han sido productos de la modernidad occidental, del colonialismo y de la expansión capitalismo global, por lo que, estas no se presentan separadas en la vida de las mujeres ni en la vida social a nivel general [2]. Filmografías tales como “Talentos Ocultos”, “El Color Púrpura”, “Criadas y Señoras” ponen de manifiesto determinadas injusticias a las que se les somete a sus protagonistas, estableciendo de esa manera una crítica social con énfasis en la exclusión y el racismo. Por ello mismo, deviene en elemental el tener que deliberar sobre tales categorías con relación a la figura de la mujer afrodescendiente.


DETERMINANTES DE LA COLONIALIDAD DEL PODER


Deviene en necesario reafirmar lo versado por Cesar Landa; el derecho a la igualdad en nuestro ordenamiento se traduce en un mandato de no discriminación: todas las personas son iguales ante la ley y no deben ser discriminadas por su raza, sexo, origen, religión, condición económica o de cualquier otra índole. Asimismo, la Real Academia Española define al racismo como aquella creencia que sostiene la superioridad de un grupo étnico sobre los demás, lo que conduce a la discriminación o persecución social [3].


Al respecto, podemos esgrimir que resulta relevante traer a reflexión la figura de bell hooks, quien tal como le ha acontecido a un buen número de afronorteamericanas, fue víctima tanto de segregación racial como del sexismo y del clasismo en los Estados Unidos. Según Ochy Curiel, resulta un privilegio adentrarse en el pensamiento y la práctica política de bell hooks, quien se constituye como una de las feministas afronorteamericanas que ha construido lo que hoy se denomina Feminismo Negro: una de las propuestas feministas más coherentes y radicales, que promueve unanálisis y una acción política que consideren la imbricación de las opresiones derivadas del sexo, la raza y la clase [4].


Si bien Aníbal Quijano esgrimió que la raza fue un factor determinante en la colonialidad del poder, y que se definió como ese patrón en el mundo capitalista que se fundó en la imposición de una clasificación tanto racial como étnica de la población mundial como piedra angular de dicho patrón de poder [5], sin embargo es de retomar lo versado por Lugones, quien arguyó que la raza no es el único determinante de la configuración de la colonialidad del poder, sino también el género y con ello el heterosexualismo [6].


Asimismo, es de destacar al fenómeno Me Too, el cual permitió visibilizar en la esfera pública una problemática de la esfera privada que daba afectación a millones de mujeres alrededor del mundo. Tal fenómeno observado o bien desde una mirada multicultural y contrahegemónica, o a través de la denominada sociología de las ausencias, es factible encontrar indicios que apuntan su surgimiento en el 2006 por la activista Tarana Burke con el fin de promover el empoderamiento de las mujeres negras. Además, Sojourner Truth esgrimió que se abría el camino para el desarrollo del feminismo de las mujeres negras en América y demostraba que las supuestas debilidades naturales de las mujeres o sus discapacidades solo eran disquisiciones absurdas e interesadas [7].


Hoy en día, frente al racismo se debe traer a reflexión lo versado por Cesar Landa, el cual señala que todos compartimos algo en común: nuestra dignidad como personas, así como nuestra capacidad de raciocinio y de vincularnos en igualdad de condiciones con los demás seres humanos [8]. Por ello, podemos afirmar que resulta erróneo la idea de un universalismo en las mujeres, ya que se ignorara sus diferencias ya que no todas son iguales por el hecho de ser mujeres, por lo que, no se debería plantear la existencia de una única contradicción principal para las mujeres sino considerar otras influencias.


Debido a aquello, es de resaltar que muchas de las afrodescendientes se constituyen en las otras del feminismo mediante sus testimonios, pero son utilizadas como materia prima. Agregado a ello es que mayormente son las mujeres blancas de clase media en las que se centrabanlos medios de comunicación, visualizando como si fueran las únicas representantes de la lucha. Por ello, se debe analizar elementos como el sexismo con relación al racismo y el clasismo, además de la homofobia y el colonialismo debido a que generan un sistema jerárquico de niveles de opresión.


ENTRE FEMINISMOS Y MARXISMOS


Es de versar que, para el socialismo ortodoxo, la mejora de la situación de la mujer era subsidiaria y la prioridad era la cuestión de una sociedad sin clases; por lo que la liberación femenina se daría como subproducto de la llamada liberación proletaria en una futura sociedad comunista donde los medios de producción estén socializados. Es decir, se puede esgrimir que la cuestión de la mujer pasar a ser feminista, en el contexto de una reemergencia de un feminismo socialista ya que la cuestión de la mujer se distancia de la cuestión social y se le reconoce como tal y no como un caso particular, dándose aquello solo cuando se da el aislamiento del sexo como un factor especifico de opresión.


La RAE entiende al clasismo como aquella actitud de quien defiende las diferencias de clase y la discriminación por ese motivo [9]. Al respecto, la historia ha demostrado que el factor económico era crucial para la independencia y la autonomía de la persona, sin embargo, también se ha aprehendido que las condiciones reales de la mitad de la humanidad no permitieron que se hicieran con el sueldo necesario para vivir por sí mismas. Por eso, es de indicar que Mitchell, en sus escritos, además de realizar un análisis sociológico y psicológico de la familia dando cuenta de la particular opresión de la mujer como madre y como objeto sexual, también retoma las categorías marxistas de la explotación y la plusvalía para dar explicación como la producción incide en la mujer a través de la división del trabajo por sexos.


Es decir, la particular opresión de la mujer sólo puede explicarse desde una teoría, como lo es el marxismo, que sea lo suficientemente amplia para dar cuenta del hecho universal de la opresión femenina pero lo suficientemente específica para no perder las peculiaridades históricas que esta opresión ha revestido a lo largo de los tiempos [10]. De allí, ha de versar el denominado “matrimonio infeliz” entre el feminismo y el marxismo.


Es preciso mencionar, por ejemplo, que la militancia feminista en América Latina se ha caracterizado por emerger en medio de luchas contra las dictaduras de la región, revelando reivindicaciones, pero sin una identidad definida, esto es, mujeres de los grupos revolucionarios unidas fuertemente a la izquierda latinoamericana; unidas a la masa oprimida, pero por razones económicas, raciales, entre otras. Tales sectores entendían que la liberación del proletariado sería causal de la liberación de la mujer, en conformidad con el discurso marxista, reflejando de esa manera una postura reduccionista que menoscaba la problemática de la mujer a una cuestión de clases únicamente. Sin embargo, ello no implica menoscabo alguno de la existencia de las clases sociales del modo de producción industrial descrito por los marxistas, sino que este existe juntamente con el modo de producción doméstico; donde las mujeres contempladas como clase de sexo a razón de una relación de explotación mediante el contrato sexual desigualitario del matrimonio, donde la mujer cede su fuerza de trabajo por un sostenimiento no monetarizado; manifestándose ello en la explotación doméstica.


En otras palabras, se puede recordar lo versado por Elizabeth Álvarez, quien indicaba que un movimiento como el feminismo debe estar en la búsqueda de la lucha de género, de clase, de etnia y demás reivindicaciones que sean necesarias. A partir de esa comprensión, podemos entender categorías sociopolíticas tales como la negritud, donde se une la clase y la raza desde un proceso cultural-político. En síntesis, se puede argüir que un ideal movimiento feminismo necesita renovarse para reforzar las estrategias que permitan que las masas acaben con el sexismo, la explotación y la opresión sexista, por lo que debe ofrecer un mensaje a todo el mundo con independencia de su clase, su raza o su género.


A fin de cuentas, bell hooks esgrime que la clase también ha sido una cuestión problemática para el feminismo pues el concepto de libertad que se demandaba era solo para ciertas mujeres privilegiadas mas no era aplicable para mujeres sin los privilegios de clase. Esto es, la enarbolada sexualidad expresada en la defensa del derecho a elegir, al ejercicio libre de su sexualidad y al acceso a métodos anticonceptivos, solo lo utilizaron en la práctica, determinadas mujeres blancas con privilegios de clase, mientras las de baja condición económica y las negras recurrieron a medidas de aborto ilegal en condiciones precarias; es así como entran en juego las opresiones de la denominada interseccionalidad.


MAS QUE SEXISMO


Con el advenimiento del capitalismo, el siervo dejó paso al ciudadano, desligándose de la tierra, reafirmando que su valor dependería de la fuerza de trabajo que libremente se contrataba en el mercado. De igual manera, los socialismos clásicos les brindaban un tratamiento marginal a las relaciones sexuales, esto es, aceptaban como un estadio cultural superior al tradicional matrimonio heterosexual y monógamo, aunque en contraposición de los socialismos utópicos, que enarbolaban un espíritu igualitario y abierto.


El sexismo empezó a visualizarse cuando los valores liberales de igualdad, libertad y fraternidad fueron proclamados como universales, pero resultaron ser aplicables solo a los varones; las mujeres se vieron excluidas de la ciudadanía por medio de la estricta separación entre lo público y lo privado. Es así que, de acuerdo a la RAE, el sexismo es una discriminación de las personas por razón de sexo [11]. A propósito del sexismo, bell hooks indicó que tal problemática era el corazón de la cuestión y que era menester entender el sexismo para entender al feminismo: es una definición que implica que el problema es el conjunto del pensamiento y la acción sexista, independientemente de que lo perpetúen mujeres y hombres, niños o adultos [12].


Siguiendo los escritos de la misma autora, la toma de conciencia del sexismo no debe quedarse en las mujeres sino llegar también a los hombres, para que sean conscientes y renuncien a su posición privilegiada. De esa manera, no se hace esencial la relación mujer-feminista y hombre-enemigo, remarcando que el feminismo no era exclusivamente para las mujeres y que los hombres no son el problema principal.


Yenodo más adelante, resulta relevante señalar los aportes de Black Feminism; ya que tales no simplemente eran mujeres de color de los Estados Unidos sino también afro feministas latinas y caribeñas que buscaron proponer que el racismo, el sexismo y el clasismo son opresiones que operan de manera simultánea, tienen coexistencia y devienen en consustanciales. Es así como tales propuestas fueron hechas desde propias experiencias situadas como mujeres racializadas, como negras, generalmente sin privilegios de clase.


Por ello, es imprescindible deliberar lo argumentado por Hartman, el cual propone reconocer que las mujeres padecen una específica opresión en sus relaciones con los hombres como tales, esto es, no como trabajadores o empresarios sino como parejas, hijos, padres y hermanos. Lo cual recalca que esas relaciones de opresión no pueden ser explicadas en términos de capitalismo sino en términos de patriarcado.


En síntesis, el feminismo contemporáneo ha demostrado que las mujeres no son el único grupo social que perpetuaba el pensamiento sexista, sino que también las mujeres eran sexistas, por lo que el debate debe centrarse en la creación de justicia de género sin menoscabo de considerar la afectación de la dominación a través de la raza y la clase. Es decir, las mujeres sólo podrían liberarse de la dominación y explotación, a través de una plataforma de política que aborda tales diferencias basadas en la clase, la raza y la orientación sexual.


CONCLUSIONES


En definitiva, si bien resulta idóneo resaltar lo aseverado en los Pactos de 1966; ya que el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos señala que “todos los ciudadanos gozaran de los siguientes derechos y oportunidades: votar y ser elegidos en elecciones periódicas, auténticas, realizadas por sufragio universal e igual” [13]; mientras que el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales esgrime acerca del “derecho de toda persona al goce de condiciones de trabajo equitativas y satisfactorias que le aseguren: un salario equitativo e igual por trabajo de igual valor; en particular, debe asegurarse a las mujeres condiciones de trabajo no inferiores a las de los hombres, con salario igual por trabajo igual” [14]. Agregándose a ello lo indicado en la Constitución Peruana, la cual esboza que, de acuerdo con el derecho fundamental de igualdad, “toda persona tiene derecho a la igualdad ante la ley y nadie puede ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquier otra índole”. Sin embargo, se está ante un derecho fundamental en el que no cabe interpretación literal debido a que este no consiste en la facultad de las personas para ser tratado igual que los demás sino en ser tratado igual con aquellos que se encuentran en una situación idéntica, por lo que, es de traer a notoriedad, como recientemente, el Estado Peruano, en razón de que la población afroperuana es afectada de forma heterogénea y presenta determinadas particularidades sociales, adopta medidas publicas específicas que buscan remediar las situaciones que le aquejan a este colectivo, expresadas en dispositivos legales como el Decreto Supremo que aprueba la Política Nacional del Pueblo Afroperuano al 2030.


Asimismo, es preciso indicar que el Decreto Supremo en cuestión, remarca la consideración a los enfoques de género y de interseccionalidad, siendo eso así, por eso, se puede traer a reflexión lo dicho por Alterio y Martínez, los cuales proponen transitar hacia una conciencia múltiple como método del feminismo debido a que el concepto de interseccionalidad, una vez usado para visibilizar la complejidad de la opresión cuando confluyen diversas categorías tales como género, raza, etnia, clase social, religión, edad, capacidades y otros; luego no pueden concebirse como una simple sumatoria de situaciones de opresión donde el género sea la principal, y categorías como la clase y la raza sean meras agravantes sino que deben contemplarse como vivencias que producen subjetividades mucho más complejas y que no pueden fragmentarse.


Por otro lado, la Política Nacional del Pueblo Afroperuano al 2030 tiene como sus objetivos: (a) la reducción étnica y el racismo hacia el pueblo afroperuano, (b) la mejora de las condiciones sociales y económicas para el pueblo afroperuano, (c) el incremento de la autonomía de las mujeres afroperuanas en su diversidad y (d) la mejora de la participación ciudadana del pueblo afroperuano; por ello justamente se trae a deliberación los escritos de bell hooks, ya que la autora al tocar su pensamiento de un feminismo para todo el mundo, esgrime que no es solo pensar en la inclusión de los hombres dentro del movimiento feminista sino en la experiencia de muchas mujeres empobrecidas y negras que no tenían consideración dentro de un feminismo blanco y burgués. Por ello, las feministas negras al desvelar la relación entre racismo y sexismo forjaron las bases para una posición antirracista dentro del feminismo.


Por último, el Decreto Supremo en mención también recalca al pueblo afroperuano como parte indispensable de la sociedad peruana, además de haber brindado aportes invaluables en la construcción de la identidad peruana, por lo que, ante las diversas formas de discriminación racial, el Estado Peruano para mitigar sus problemáticas, declaro de interés nacional la atención prioritaria de la plenitud del disfrute de los derechos fundamentales de la población afroperuana. Tal dispositivo legal revela que el problema público es el “limitado ejercicio de derechos económicos, sociales y culturales del pueblo afroperuano”, ello pone de manifiesto una situación de vulnerabilidad en razón de las desigualdades estructurales históricas que se visualizan a través de la exclusión, el racismo y la discriminación hacia la población afroperuana.


Referencias Bibliográficas


[1] Ochy Curiel, “La descolonización desde una propuesta feminista critica”, (Madrid: ACSUR-LAS SEGOVIAS, 2015), 17.

[2] Ibid., 22.

[3] Real Academia de la Lengua Española, https://dle.rae.es/racismo

[4] Ochy Curiel, “El feminismo es para todo el mundo”, (Nueva York: South End Press, 2000), 14.

[5] Aníbal Quijano, “Colonialidad del Poder, Eurocentrismo y América latina”, (Buenos Aires: CLACSO, 2000), 18.

[6] María Lugones, “Colonialidad y Genero: Hacia un feminismo decolonial”, (Buenos Aires: Del signo, 2005), 18.

[7] Nani Aguilar Barriga, “Una aproximación teórica a las olas del feminismo: la cuarta ola”, (Málaga: Femeris, 2020), 132.

[8] Cesar Landa, “Los Derechos Fundamentales”, (Lima: Fondo Editorial, 2017), 30. [9] Real Academia de la Lengua Española, https://dle.rae.es/clasismo

[10] Cristina Molina, "Feminismo Socialista Estadounidense desde la Nueva Izquierda. Las teorías del Sistema Dual (Capitalismo + Patriarcado)", (2000), 147.

[11] Real Academia de la Lengua Española, https://dle.rae.es/sexismo

[12] Ochy Curiel, “El feminismo es para todo el mundo”, (Nueva York: South End Press, 2000), 21.

[13] Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, 1966, articulo 25.

[14] Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, 1966, articulo 7.




89 visualizaciones0 comentarios

Opmerkingen


©2024 por Circulo de Derechos Humanos

bottom of page