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Día Internacional de Reflexión sobre el Genocidio cometido Ruanda

  • Foto del escritor: Círculo de Derechos Humanos - UNMSM
    Círculo de Derechos Humanos - UNMSM
  • 7 abr 2021
  • 9 Min. de lectura

Johana Rodríguez Fiestas

Miembro principal del Círculo de Derechos Humanos-UNMSM


No es solo un fracaso de las Naciones Unidas, sino también de la comunidad internacional, y todos compartimos la responsabilidad —se lamentó el secretario general de la ONU, refiriéndose a la matanza de Ruanda—. Se ha cometido un genocidio. Más de doscientas mil personas han sido asesinadas y la comunidad internacional aún sigue discutiendo qué hacer."


Boutros Boutros-Ghali


1.- Introducción


El 7 de abril de 2004, diez años después de los hechos, se decidió conmemorar el genocidio cometido en Ruanda en 1994, como sugerencia del Consejo Ejecutivo de la Unión Africana.


Un suceso que nos recuerda las grandes dificultades y retos a los que aún se enfrenta el mundo, puesto que, aunque pareciera que las masacres de grupos “diferentes” fuera algo de otra época o siglo, lo cierto es que el mundo aún no ha evolucionado lo suficiente para permitir la convivencia pacífica de grupos con ideas políticas, religiosas, y culturales distintas; pese a que esa es la realidad.


La historia del genocidio en Ruanda debe ser recordada por lo que fue, un genocidio producto de la preconización del odio, por el respeto que merece la memoria de quienes fueron asesinados y por la promesa de protección que no alcanzaron. Para ello, hemos de conocer los hechos, causas y factores que llevaron a la tragedia. Así mismo, se ha de evaluar el accionar del Consejo de Seguridad y las medidas que se tomaron para llevar justicia a un pueblo que fue abandonado.


Desde aquella catástrofe, la comunidad internacional se ha fortalecido en cuanto a su base normativa y ha fomentado estrategias de prevención, todo con el fin de cumplir con la no repetición que Ruanda y las naciones de todo el mundo ameritan.


2.- Hechos


En 1994, 800.000 ruandeses fueron asesinados. Sin embargo, las tensiones y causas que llevaron a tal masacre tienen su origen en la clasificación étnica colonial impuesta por los belgas; lo cual conllevó a una diferenciación e inequidad entre estas, siendo los tutsis debido a su parecido a los europeos los más favorecidos en tanto que les fueron otorgados mejores trabajos, a diferencia de los hutus quienes fueron relegados a empleos menores pese a que los primeros representaban solo el 14% de la población.[1]


Fue así como el poder político se concentró en los tutsis hasta que, en 1962, año de la independencia de Ruanda, en aras de lograr una igualdad de derechos, la etnia hutu tomó el poder. No obstante, las tensiones continuaron, y en 1993 los extremistas hutus de Ruanda declararon que el golpe de Burundi donde se asesinó al presidente Melchior, primero de la etnia hutu, demostraba lo reacios que eran los tutsis para compartir el poder con los hutus, pensamiento que se intensificó el año siguiente con la muerte de Juvénal Habyarimana.


La masacre tuvo inicio el 7 de abril de 1994, con el asesinato de la primera ministra, un día después de que el avión en el que viajaban los presidentes de Ruanda y Burundi fue derribado por un misil cuando aterrizaba en Kigali. Las tensiones desembocaron en un discurso de odio desde autoridades hasta medios de comunicación. La matanza duró 100 días, aproximadamente, donde los tutsis fueron asesinados por sus compatriotas, incluso los civiles, quienes habían sido influenciados por la Radio Mil Collines, que incitaba a salir a las calles y matar a las “cucarachas” que es como se referían a los tutsis.

Cabe agregar que las víctimas no solo pertenecían a los tutsis; hutus moderados, opositores y fuerzas de naciones unidas también fueron asesinados. Todos estos crímenes fueron perpetrados a la vista de todos y con participación de la milicia, fuerzas armadas y civiles. Se prepararon listas de objetivos previo al genocidio, el cual fue organizado por altos funcionarios gubernamentales[2].


En este punto, una pregunta debe haber surgido y es ¿por qué nadie lo evitó? Y es que el año en que sucedió es lo primero que llama la atención, después del holocausto es lógico pensar que la comunidad internacional tendría que haberse preparado para situaciones similares y por consiguiente haber tomado acciones en Ruanda. En efecto, así fue, sin embargo, estas fallaron por las razones que se detallarán en adelante.


3.- Acciones tomadas por la Comunidad Internacional


3.1. Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Ruanda


También conocida como UNAMIR, fue una operación que se inició antes de 1994 y que tenía por objeto mantener la paz y contribuir a la aplicación del Acuerdo de Paz de Arusha, una misión que se vio sobrepasada. En un principio el Consejo de Seguridad se opuso a hacer uso de la milicia para enfrentar la crisis, principalmente por la oposición de algunos gobiernos a utilizar la palabra “genocidio”, incluso se dispuso que los soldados aportados para UNAMIR volvieran luego de las primeras bajas. Fue recién el 17 de mayo de 1994 cuando se decidió enviar 5500 soldados mediante la resolución S/RES/918, los cuales no pudieron hacer nada pues llegaron demasiado tarde.


3.2. Tribunal Internacional para Ruanda


Fue creado el 8 de noviembre de 1994 para restablecer la paz y fomentar la reconciliación nacional, buscando hacer justicia y enjuiciando a los responsables tanto de los actos genocidas como de otras violaciones graves al derecho internacional humanitario. Su competencia territorial fue limitada al año 1994, desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre. Para finales del 2015 el tribunal había condenado a “61 comandos militares, gobernantes y empresarios, además de religiosos, milicianos y responsables de medios de comunicación tras escuchar a 3.000 testigos”. Catorce personas fueron absueltas; 10 remitidas a juzgados ruandeses; 3 fallecieron antes o durante el proceso y 3 fugitivos.[3] También se pronunció el tribunal sobre los medios de comunicación que preconizaron el odio, señalando que quienes los contralaban eran responsables también de estos actos.


3.3. Medidas posteriores adoptadas por N.N. U.U.


Posterior al genocidio, el sistema de Naciones Unidas movió esfuerzos para restaurar la justicia en el país, así como para llevar a cabo su reconstrucción y traer conciliación a las partes. Entre las iniciativas se encuentra el programa de asistencia humanitaria en Ruanda que brinda asistencia refugiados en Burundi, Tanzania y Zaire. Por otro lado, el Secretario General encargó a una Comisión independiente la investigación del genocidio y posterior informe. Además de la creación del ya mencionado TIPR.


3.4. Investigación independiente


La investigación llegó a la conclusión de que son responsables de que las Naciones Unidas no hayan impedido ni detenido el genocidio en Rwanda, el Secretario General, la Secretaría, el Consejo de Seguridad, la UNAMIR y el conjunto de los Miembros de las Naciones Unidas, por lo que estos debian disculparse ante el pueblo rwandés. Respecto a los rwandeses que planificaron el genocidio de sus propios compatriotas, lo incitaron y llevaron a cabo, debían tomarse todas las disposiciones necesarias para su enjuiciamiento en el Tribunal Penal Internacional para Rwanda y en los tribunales de Rwanda. Como causas del fracaso de la acción de las Naciones Unidas antes y durante el genocidio de Rwanda se señalan la falta de recursos y la falta de voluntad para asumir la responsabilidad de impedir o detener el genocidio, entre otros como falta de capacidad y problemas de organización de la UNAMIR.


El informe también señala la necesidad de que las Naciones Unidas entiendan que su “presencia en zonas de conflicto también da lugar a expectativas de protección”, puesto que, para la Comisión, cuando la comunidad internacional se compromete a salvaguardar y proteger a civiles inocentes, debe hacerlo usando todos los medios posibles, respaldando así su promesa. [4]


3.5. Medidas de Prevención:


Como principal medida de protección se ha buscado fortalecer el marco normativo de protección a civiles, en especial de las minorías, mediante informes y resoluciones del Consejo de Seguridad. Como medida de prevención, el Secretario General sugirió a los Estados Parte de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio “establecer un Comité de Prevención del Genocidio que se reuniera periódicamente para estudiar informes y formular recomendaciones de acción”[5].


4.- Estándares internacionales sobre Genocidio


El 9 de diciembre de 1948, se aprobó la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, entrando en vigor en 1951. La misma que define el Genocidio en su artículo II:

Artículo II

En la presente Convención, se entiende por genocidio cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal:

a) Matanza de miembros del grupo;

b) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo;

c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial;

d) Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo;

e) Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo.


Esta definición también se encuentra en el artículo 6 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, como parte de la competencia material de La Corte.[7]

La prevención del genocidio implica una “Responsabilidad de proteger”, sobre la cual se escribió en el Documento Final de la Cumbre Mundial de 2005:

“Artículo 138: Cada Estado es responsable de proteger a su población del genocidio, los crímenes de guerra, la depuración étnica y los crímenes de lesa humanidad.

Artículo 139: La comunidad internacional (…) tiene también la responsabilidad de utilizar los medios diplomáticos, humanitarios y otros medios pacíficos apropiados (…) para ayudar a proteger a las poblaciones del genocidio (…) estamos dispuestos a adoptar medidas colectivas, de manera oportuna y decisiva, por medio del Consejo de Seguridad (…) si los medios pacíficos resultan inadecuados y es evidente que las autoridades nacionales no protegen a su población. (…)”


En esa misma cumbre se determinó el apoyo pleno por parte de los Estados al Asesor Especial del Secretario General para la Prevención del Delito, para que este pudiera cumplir sus funciones de i) recolección de información, ii) servir de mecanismo de alerta temprana al Consejo de Seguridad y al Secretario General, iii) plantearles recomendaciones para prevenir o detener el genocidio y finalmente iv) ser el nexo con Naciones Unidas que el permita aumentar su capacidad de prevención en la materia.[8]

Se entiende por “alerta temprana” en el caso de prevención de atrocidades, al monitoreo de la presencia o ausencia de factores de riesgo que pueden devenir en un posterior proceso de genocidio, implica remitir la información relevante con la anticipación suficiente y necesaria para su prevención.


Sin embargo, la existencia de un sistema como este no impidió que en 2017 el ejército de Myanmar lanzara una campaña de limpieza étnica contra una población mayoritariamente musulmana donde se incendiaron pueblos y se violaron a mujeres, niños, y niñas, donde asesinaron a miles de personas y huyeron otras 720.000.[9]


5.- Conclusiones:


Pese a que el Holocausto fue uno de los más lamentables episodios en la historia universal, la comunidad internacional no estuvo preparada para los sucesos acontecidos en Ruanda, 43 años después de la entrada en vigor de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, los crímenes que una vez causaron revuelo en el mundo no parecían justificar la intervención del organismo internacional.


Las principales razones que llevaron a la matanza en Ruanda fueron las no resueltas tensiones entre etnias establecidas durante la conquista belga producto de las desigualdades entre estas, y la preconización del odio desde los discursos políticos hasta la propaganda emitida por medios de comunicación locales.


Son 3 los elementos que hacen que la reflexión acerca de la masacre en Ruanda resulte fundamental: el primero es la naturaleza de los actores, no fue una fuerza extranjera la responsable de tal matanza, sino sus propios compatriotas, civiles, personas que pudieron ser sus vecinos; el segundo es la difusión del discurso de odio en una radio local, que incentivó a los civiles a armarse y matar a quienes se les dijo era el enemigo; y como tercer elemento tenemos la inacción del Consejo de Seguridad y el retiro de las fuerzas en el momento que más se les necesitó,


Las causas del fracaso total, como fue llamado por la Comisión Independiente, fueron principalmente la falta de voluntad de intervenir basada en el temor a llamar los sucesos por lo que fueron, un genocidio; la carencia de facultades de la UNAMIR para intervenir y la tardía decisión de enviar las fuerzas, así como el retiro anticipado de ellas al inicio del conflicto.


Si bien Naciones Unidas viene realizando desde entonces iniciativas que fomentan la prevención de este delito, la conciliación de los grupos enfrentados, así como estrategias del tipo “alerta temprana” que buscan una mayor prontitud y celeridad en la respuesta, mediante la identificación de factores de riesgo; estas acciones no lograrán su objetivo a menos que se erradique todo tipo de discriminación y se trabaje en una verdadera cultura de paz, sin sesgos políticos, culturales, religiosos, sociales o económicos. No se deben olvidar las bases de todo derecho humano como lo son la igualdad y la dignidad.

1.- “Genocidio en Ruanda: ¿por qué y cómo sucedieron los hechos?” 2019. France 24, 7 de abril, https://www.france24.com/es/20190406-genocidio-ruanda-25-anos-africa


2.- Día Internacional de Reflexión sobre el Genocidio cometido en 1994 en Rwanda: Antecedentes. Portal web de Naciones Unidas. https://www.un.org/spanish/events/rwanda/antecedentes.htm


3.- Ferrer, Isabel. 2015. “El tribunal del genocidio de Ruanda concluye su misión con 61 condenas”. El País, 26 de diciembre, https://elpais.com/internacional/2015/12/26/actualidad/1451138647_010753.html


4.- Consejo de Seguridad. 1999. Informe de la comisión independiente de investigación acerca de las medidas adoptadas por las Naciones Unidas durante el genocidio de 1994 en Ruanda. https://undocs.org/es/S/1999/1257


5.- Día Internacional de Reflexión sobre el Genocidio cometido en 1994 en Rwanda: Antecedentes. Portal web de Naciones Unidas. https://www.un.org/spanish/events/rwanda/antecedentes.htm Que cita a “Foro Internacional de Estocolmo”, 26 de enero de 2004.


6.- Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio. 1951. https://www.icrc.org/es/doc/resources/documents/misc/treaty-1948-conv-genocide-5tdm6h.htm


7.- Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. 2002. https://www.un.org/spanish/law/icc/statute/spanish/rome_statute(s).pdf


8.-Asamblea General. 2010 “Alerta temprana y evaluación y la responsabilidad de proteger”. https://www.acnur.org/fileadmin/Documentos/BDL/2014/9613.pdf


9.- Nyanyuki, Joan. 2019. “A los 25 años del genocidio de Ruanda, la política de la demonización sigue siendo tan peligrosa como siempre”, Amnistía Internacional, 7 de abril, https://www.amnesty.org/es/latest/news/2019/04/oped-25-years-after-rwanda-genocide-politics-of-demonization-as-dangerous-as-ever/



 
 
 

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