La importancia de la participación de la mujer en el proceso de construcción de la paz
- Círculo de Derechos Humanos - UNMSM
- 26 may 2021
- 7 Min. de lectura
Martha Muñoz Ruiz
Miembro principal del Círculo de Derechos Humanos – UNMSM
“Hombre y mujeres estamos convencidos de que solamente en un mundo en el que reine la paz, podremos alcanzar la felicidad humana.”
Clementina Batalla de Bassols
“Las mujeres son la mitad de toda comunidad..., ¿no han de ser también la mitad de toda solución?”
Theo-Ben Gurirab
1. Introducción
En el año 2000 el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la resolución 1325 sobre mujeres, paz y seguridad. Esta resolución reconocía que en los conflictos armados persisten los impactos diferenciados de género que han sido invisibilizados a lo largo de la historia y a fin de concientizar a los pueblos sobre este asunto, es que se emite esa resolución. Además de resaltar la importancia del rol de la mujer para la construcción de la paz en situaciones de conflicto internacional. Sin embargo, los alcances normativos de este documento en la actualidad no se asemejan al contenido de la misma , ya que las desigualdades de género en el ámbito político internacional para la construcción de la paz apenas se reducen y las mujeres se ven excluidas de los puestos de toma de decisiones importantes.[1]
Es por ello que, en el marco del Día Internacional de la Mujer por la paz y el desarme, se debe reflexionar sobre el papel de liderazgo que asumen las mujeres en las tareas de consolidación de la paz en sus respectivas naciones y comunidades, la participación de estas en la política institucional y la lucha contra la violencia sexual en los conflictos armados. Asimismo, conmemorar la lucha de numerosas mujeres que desde la Primera Guerra Mundial se organizaron en defensa de su comunidad y el trabajo que realizaron a favor de una Cultura de paz.
2. ¿En qué contexto se origina el Día Internacional de la Mujer por la paz y el desarme?
En 1982 el Campamento pacifista de mujeres en Greenham Common (también llamado Greenham Common Women's Peace Camp) surge una iniciativa para oponerse a las estrategias militaristas de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) con el fin de disminuir la violencia hacia la mujer en zonas de conflicto. Es así que Greenham Common se convierte en una fuente de inspiración para el movimiento de la paz.
La participación femenina se pudo visibilizar en el trabajo base de esos grupos de mujeres con la decisión firme de unir los fines y los medios y convertir su vulnerabilidad en fuerza, y todo ello las convertía en aquel legado histórico que profesaría la no – violencia.[2]
Esta fecha constituye un hito en el activismo de las mujeres pacifistas a escala global, además de la conciencia antimilitarista que motivó a mujeres latinoamericanas a contribuir a las discusiones referidas en procesos de paz y desarme. De esa manera, las demandas de diversos movimientos de mujeres, así como de instituciones y gobiernos fueron instalando en el pilar de las Naciones Unidas, una agenda sobre “Mujer, paz y seguridad” (MPS), con el fin de incluir a mujeres en áreas casi exclusivas para hombres y así alterar las relaciones desiguales de poder.
Y es por todo ello que se precisa concientizar acerca de los impactos específicos de género en los conflictos armados y en la toma de decisiones, ya que esas prácticas diferenciadas se traducen en violentar de forma desproporcionada a las mujeres y un trato distinto en comparación a los hombres.[3]
3. La resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU
En octubre del 2000, el Consejo de Seguridad discutió y aprobó la resolución 1325, en la que se exhorta al Secretario General y a los estados miembros a actuar en favor de la inclusión de la mujer en los procesos de construcción de la paz y reconstrucción post- conflicto. Se pretendía a las partes emprender acciones en los siguientes ámbitos: 1) El aumento de la participación de las mujeres en los procesos de paz y la toma de decisiones. 2) El entrenamiento para el mantenimiento de la paz desde una perspectiva de género. 3) La protección de las mujeres en los conflictos armados y en las situaciones post- conflicto y 4) La introducción transversal del género en la corriente principal de recogida de datos y sistemas de información de Naciones Unidas, así como en la puesta en práctica de los programas.[4]
Es en esta resolución en la que se busca el pleno acceso y la participación total de las mujeres en las estructuras de poder y la implicancia en el esfuerzo para prevenir y resolver los conflictos, ya que es necesario para el mantenimiento y la promoción de la paz y la seguridad.
4. Situación de las mujeres en los conflictos armados
Para conocer los procesos en los que la mujer ejerce su posición activa como defensora de la paz, se debe primero mencionar en qué situación se encuentra la mujer en la guerra y los conflictos armados, ya sea como sujeto activo o pasivo.
Actualmente, las mujeres están participando activamente en muchos conflictos armados ya sea en un rol de apoyo o de combate. Para dar unos ejemplos, entre los militares de Estados Unidos el 14% del personal está constituido por mujeres y se calcula que una quinta parte de las fuerzas armadas eritreas pertenecen al sexo femenino. Además, no solo apoyan en “el campo de batalla”, sino que ofrecen apoyo moral y físico a sus compañeros. Por otro lado, también existen mujeres que están siendo sometidas y utilizadas por las fuerzas armadas. Estas son secuestradas y llevadas contra su voluntad para realizar servicios sexuales, de cocina y aseo.[5]
La violencia sexual hacia la mujer en diversas ocasiones ha sido utilizada como método de guerra, en el sentido de que los “conquistadores” de los lugares donde residen esas mujeres y poblaciones vulnerables, como niños, creen ser merecedores de “depurar” la etnia de una zona o la destrucción de un pueblo. Muchas de las víctimas no sobreviven y otras nunca informan sobre la violencia que han sufrido. Es por ello que el Comité Internacional de la Cruz Roja, considera que la violencia sexual es un crimen de guerra y una violación grave del derecho internacional humanitario; por todo eso, es menester la plena implementación de los principios y derechos que constituye el Derecho Internacional Humanitario, pero eso dependerá del grado de importancia que las partes en el conflicto armado le atribuyan a ese asunto.[6]
Ahora bien, desde la aprobación del Tratado de Comercio de Armas en el año 2013, que incluye una cláusula que no permite a los Estados autorizar las transferencias de armas cuando existe el riesgo de que puedan ser utilizadas para facilitar actos de violencia de género contra mujeres y menores, se ha demostrado cuán importante es implementar aquella agenda de mujeres, paz y seguridad al sistema normativo internacional. Esto serviría como ejemplo para que otros procesos legislativos internacionales no sean ciegos a las cuestiones de género y que contribuyan con normas que protejan a los más vulnerables, que vendrían a ser las mujeres y los niños.[7]
5. Mujeres y la participación activa en los procesos de paz
Uno de los argumentos principales para defender la participación de las mujeres en los procesos de paz, es la equidad. La equidad en el sentido de que ellas tienen el derecho a participar. Un derecho que es más que evidente pero que se debe reafirmar porque las culturas del pasado no la han reconocido como tal por la tradición patriarcal. Por esas razones, es preciso crear agendas de consenso y una fuerza social y política que las respalde.[8]
Asimismo, se debe reconocer que la participación de la mujer en asuntos públicos ha logrado grandes avances en la tecnología, en la ciencia y la política. Todo ello ha permitido el excelente desenvolvimiento de las mujeres cuando no son privadas de sus derechos, sino que, por lo contrario, han sido tratadas con equidad, igualdad, respeto e inclusión.
Según ONU Mujeres, se ha comprobado que cuando las féminas asumen roles de liderazgo y participan activamente en los procesos de paz, se alcanza una paz más duradera con medidas más igualitarias y con perspectiva de género. Además, existen estudios que evidencian que la igualdad de género ayuda a evitar conflictos, mientras que incrementar la tasa de violencia hacia las mujeres solo conduce al surgimiento de más conflictos sociales.[9]
Sin embargo, todavía en muchos países donde es predominante los conflictos bélicos, algunas mujeres continúan siendo víctimas de privaciones de sus derechos, como el derecho a la educación, al trabajo digno e incluso el derecho a formar una familia.[10]
Por ende, es en situaciones como esta donde se visibiliza un trato aún más diferenciado con respecto al género y debe ser puesto en discusión a fin de encontrar medidas que protejan los derechos de las mujeres en su totalidad.
6. Conclusión
Si bien la participación de la mujer en los procesos de paz y reconstrucción post- conflicto han ido incrementándose a lo largo de los años gracias a la resolución 1325 que derribó prejuicios sobre la capacidad de las mujeres para incidir en espacios de política internacional, eso no deslinda la violación de derechos de las mujeres y el trato indiferenciado hacia ellas solo por su género en lugares donde aún persisten los conflictos armados. Para ello, los Estados deben hacer todo lo posible para defender la dignidad y seguridad de las mujeres en tiempos de guerra.
La protección que merecen las mujeres debe ser una realidad y todos y todas somos responsables por mejorar la situación de las mujeres en tiempos de guerra, así como promover el conocimiento del derecho internacional humanitario, que contiene mecanismos que brindan especial protección a las mujeres en tiempos de guerra. A fin de que la construcción de la paz sea posible.
[1] María Villellas, Ariño. 14 de septiembre del 2016. Real Institute Elcano. “Mujeres, paz y seguridad: la igualdad de género en las políticas de paz y seguridad”. http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/rielcano_es/contenido?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/elcano/elcano_es/zonas_es/ari66-2016-villellasarino-mujeres-paz-seguridad-igualdad-genero-politicas
[2] Magallón Portolés, Carmen. 2007. De la Reclamación de la paz a la participación en las negociaciones. El Feminismo pacifista, Feminismos.N.9 (jun. 2007). ISSN 1696-8166, pp. 15- 30
[3] WILPF, España. Mujeres, paz y seguridad. https://wilpf.es/que-hacemos/genero-paz-y-seguridad/
[4] Magallón Portolés, Carmen, op.cit, p. 14
[5] Lindsey, Charlotte. 2000. Las mujeres y la guerra. Comité Internacional de la Cruz Roja. https://www.icrc.org/es/doc/resources/documents/misc/5tdp9q.htm
[6] Ibid.
[7] María Villellas, Ariño. 14 de septiembre del 2016. Real Institute Elcano. “Mujeres, paz y seguridad: la igualdad de género en las políticas de paz y seguridad”.
[8] Méndez, Luz. 2005. Presidenta del Consejo consultivo de la Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas (UNAMG), en su intervención en las Jornadas: Las mediaciones Femeninas. Una práctica de paz, Barcelona.
[9] Organización de Mujeres de la Confederación Intersindical. 2018. https://organizaciondemujeres.org/dia-internacional-de-las-mujeres-por-la-paz-y-el-desarme/
[10] Día internacional del. 2021. Día internacional de las Mujeres por la Paz y el Desarme. https://www.diainternacionalde.com/ficha/dia-internacional-mujeres-paz-desarme

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