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Las lágrimas que dejó, no de tristeza, de impotencia y una herida pendiente: la muerte de Abimael G.

  • Foto del escritor: Círculo de Derechos Humanos - UNMSM
    Círculo de Derechos Humanos - UNMSM
  • 14 sept 2021
  • 5 Min. de lectura

Mireyya Melinna Flores Espetia

Miembro principal del Círculo de Derechos Humanos-UNMSM


1. Introducción:


Destrucción, violaciones, asesinatos, persecuciones, mutilaciones y miedo. Sentimientos que dejaron las acciones terroristas lideradas por Abimael Guzmán y que aún mantienen a un Perú herido.

Los años 80´s y 90’s, años en el que todos los peruanos padecimos el mayor acto de rebelión por parte de los insurgentes terroristas del Sendero Luminoso. Hace pocos meses su fantasma volvió a llenar de asombro y terror a los ciudadanos peruanos; una vez más sufrió un golpe en su estructura, la muerte del cabecilla, Abimael Guzmán.

El 11 de setiembre, un día antes de que se cumplan los 29 años de su captura y posterior encierro en la prisión de la base naval del Callao. La noticia del deceso de Abimael Guzmán desencadena muchas preguntas como ¿Quién fue Abimael Guzmán? ¿por qué causa tal conmoción su fallecimiento? y, ¿Qué tanto nos recuperamos como país después de tal fatalidad?


2. ¿Quién fue Abimael Guzmán?


Nacido en Mollendo- Arequipa el 3 de diciembre de 1934, conocido con el alias “camarada Gonzalo”. Estudiante, profesor, político responsable por la muerte de más de 30.000 personas [1] y de graves violaciones de derechos humanos. El origen de su ideología se identifica en las aulas de la Universidad de San Agustín, donde se inclinó fervientemente por las doctrinas marxianas y kantianas; las cuales llegó enseñar a su estilo tan particular y que derivaron en muerte y desgarro nacional.

No existe ni un solo rincón del país que no haya sufrido las consecuencias del terrorismo. Lo que se vivió en los años 80´s e inicios de los 90’s fueron graves crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra por parte del Sendero Luminoso, grupo fundado y liderado por Manuel Rubén Abimael Guzmán Reinos desde el año 1969. La autoría de estos fue reconocida como mediata por la Corte IDH, ya que la estructura era clara, Guzmán dominaba desde la cúspide la organización terrorista en su conjunto, emitiendo las directivas y las consignas para la realización de los delitos y ejerciendo un control riguroso sobre la estructura [2].


3. La muerte después de la muerte:


El recuerdo de la excesiva brutalidad que acarrea la violencia contra campesinos, dirigentes sindicales, autoridades democráticas y hasta oponentes políticos; los ataques a los bienes privados y públicos como el derribo de torres de alta tensión, destrucción con explosivos de carreteras, puentes, ferrocarriles, refinerías, etc; y los ataques a la población civil más pobre, personal policial y militar en general, es para muchos aún muy frescos, pero para otros ya olvidados y/o superados.

Justamente, estos hechos fueron los causantes de la ardua persecución al cabecilla de Sendero Luminoso por el Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), quienes el 12 de setiembre de 1992 lograron su captura. Ese día, el Sendero Luminoso, sufrió el más grande golpe en su estabilidad, el cabecilla había sido derrotado.

Por otro lado, cabe recordar que según el informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (en adelante, CVR), la cantidad total de víctimas supera las 69 mil personas y, dentro de estas el 54% del total de víctimas fue causado por el grupo terrorista Sendero Luminoso. Además del asesinato, se perpetraron graves violaciones de derechos humanos.


4. Reparaciones pendientes:


Entre las tareas asumidas por el Estado peruano para recuperar de la paz social, está la recomendación de la CVR: el Plan Integral de Reparación a las Victimas de la Violencia. Este instrumento fue aprobado en 2006, mediante la Ley N° 28592 y su objetivo fue y sigue siendo la reconciliación del país. Con este instrumento se lograron diversos programas de reparación como los encaminados a las poblaciones indígenas que fueron víctimas de desplazamiento interno, el programa de Reparaciones Económicas Individuales, las reparaciones en el ámbito de salud y educación, las reparaciones simbólicas, la facilitación y acceso habitacional y la restitución de derechos.

A lo largo de estos 29 años post conflicto, las recomendaciones de la CVR no fueron del todo implementadas en diversos programas como, por ejemplo, en el Registro Único de Víctimas ya que aún queda pendiente la entrega de certificados; en el Programa de Reparaciones Colectivas; en el Programa de Reparaciones Económicas Individuales; y, en el Programa de Reparaciones en Salud. En este último programa existen graves deficiencias en la identificación y registro de las víctimas. Mientras que, quienes se encuentran inscritas carecen de atención en especialidades que no fueron implementadas en el sistema Nacional de Salud como la atención médico-psicológica. Todo lo anterior consta en el informe de la Defensoría del Pueblo [3]


5. Un extremismo latente:


En la actualidad, pese a los hechos suscitados y supuestamente ya terminados, las consecuencias de todo lo ocurrido aún recaen en la población. Es necesario tener en cuenta que algunas de las células de Sendero Luminoso todavía se mantienen activas, en especial en la zona selvática del distrito del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM)[4].

En el 2015 se rescataron a 39 mujeres y niños, quienes presuntamente trabajaban en campos de cultivo para el mencionado grupo terrorista. Según autoridades del Ministerio de Defensa, las mujeres secuestradas para posteriormente formar a niños soldados o “niños pioneros”[5].

Recientemente, el 24 de mayo último fue el ataque en la misma región del VRAEM, en el que aproximadamente 16 personas murieron a causa de un ataque. Este le fue atribuido a los miembros activos del grupo Sendero Luminoso, según las declaraciones de Nuria Esparch, exministra de Defensa. De acuerdo con la ministra, el principal objetivo era la instigación de abstención en la participación de los comicios electorales.

Hechos como estos aclaran el opaco panorama actual de nuestro país contra el terrorismo y llevan a que nos cuestionemos si ¿el fin de Sendero Luminoso no llegó con la detención de su fundador? o, ¿es que este recién ahora llegó a su fin con la muerte del mismo? Las respuestas no son del todo claras, los grupos subversivos siguen de pie, y no es momento de cruzar los brazos, aún existen zonas en la que la época del postconflicto todavía no ha llegado y están a la espera del verdadero de fin de su agonía.

Si bien es cierto, como país hemos estado curando y sanando heridas, no obstante, aún nos falta mucho para lograrlo. La justicia no solo consiste en que se identifiquen, juzguen y sancionen a los responsables de los crímenes cometidos, sino que también se logre reparar el daño causado a los sobrevinientes o a los familiares de las víctimas. Es por esa razón que el Estado tiene una tarea ardua que consiste en optimizar el acceso a las reparaciones debidas de las víctimas del terrorismo y de las personas que sufrieron las violaciones de derechos humanos [6].


6. A forma de reflexión:


Nadie recuperará las ilusiones que les fueron quitadas, nada logrará brindar resignación por la muerte de sus seres queridos y nada ni nadie devolverá la esperanza de aquellos niños, y ahora adultos que perdieron con los trágicos sucesos de los años 80’s y 90’s.

El extremismo subversivo no fue y no será una alternativa para el “gran cambio”, el pensamiento Gonzalo, murió con Gonzalo, revivirlo será un proceso arduo, ¿eficaz? Talvez, ¿ideal? Jamás; porque nunca un llamado al extremismo puede ser aplicable a la realidad o no debería de serlo para evitar que los llantos de dolor y desesperación vuelvan a inundar nuestras calles y campos irrigados de sangre.


[1] Hatun Willaku. Capítulo 2: "Las Organizaciones Subversivas". Página 97.

[3] Defensoría del Pueblo. Informe 162

[4] Pierina Pighi Bel. BBC. 2015.

[5] Jackeline Fowks. El País. 2015

[6] Agata Serrano, Observatorio terrorismo. 2019




 
 
 

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