Más allá de la piel:Reflexiones sobre la situación de las mujeres afrodescendientes en Latinoamérica
- Círculo de Derechos Humanos - UNMSM
- 25 jul 2021
- 9 Min. de lectura
Catherine Alarcón Sovero
Miembro principal del Círculo de Derechos Humanos - UNMSM
«La afrodescendiente peruana es una mujer de rostro humilde, vientre pauperizado y brazos agotados, con muy escasa posibilidad de participación democrática. Es de cariz folklórico, exótico, cuyos aportes históricos se minimizan o se ocultan. Es una hembra que parió silencios y fue parida por la negación y el olvido»
Lucía Charún Illescas.
I. Introducción
La población afrodescendiente, a pesar de ser un grupo muy heterogéneo, adolece de problemas comunes que resulta imperativo para la sociedad resolverlos. Problemas como los prejuicios raciales y discriminación son consecuencia directa del legado de esclavitud y colonialismo heredado a lo largo de la historia.
El 25 de julio de 1992, mujeres de los 32 países de Latinoamérica y el Caribe se reunieron en República Dominicana para hacer visible las luchas de las mujeres afro y estrategias de incidencia política para enfrentar el racismo desde una perspectiva de género. Producto de este encuentro, cada 25 de julio se conmemora el día internacional de la Mujer Afrodescendiente también conocido como el día de la Mujer Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora [1].
La Asamblea General de la ONU proclamó 2015-2024, el Decenio Internacional para los Afrodescendientes, resolución 68/237 citando la necesidad de fortalecer la cooperación nacional, regional e internacional en relación al pleno disfrute de los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos de las personas de ascendencia africana, y su plena e igualitaria participación en todos los aspectos de la sociedad [2].
El presente trabajo, tiene como finalidad dar a conocer la situación del grupo afrodescendiente desde un enfoque histórico, social e interseccional y, como gracias a estos factores, la población afrodescendiente, particularmente, las mujeres afrodescendientes, dentro del grupo de las mujeres en general, son las más vulneradas respecto a la protección de sus derechos humanos. Asimismo, el presente estudio también busca aportar a la discusión y reflexión sobre la situación de las mujeres afrodescendientes y cómo la perpetuación de ciertos prejuicios sociales es un atentado a la igualdad y dignidad de la persona humana.
II. Antecedentes históricos de las mujeres afrodescendientes
La población afrodescendiente no es relativamente reciente, su origen étnico data de cientos de años. Es por ello, que considero importante desarrollar brevemente la posición que tuvo el grupo afrodescendiente a lo largo de la historia, particularmente, en Latinoamérica.
La existencia de una cuantiosa población afrodescendiente en América Latina y el Caribe tiene un origen trágico y violento. Si bien, la esclavitud ha existido en todas las épocas, la trata de personas africanas llevada a cabo por los conquistadores europeos no ha tenido comparación con otra cosa, distinguiéndose por su magnitud y carácter eminentemente racial. Se estima que entre 1500 y 1867, alrededor de 12,5 millones de personas fueron esclavizadas y trasladadas de África hacia América y que casi la mitad de este tráfico ocurrió en el siglo XVIII configurando la mayor empresa de deportación transoceánica de la historia [3].
En cuanto a la historia de las mujeres afrodescendientes, éstas guardan matiz parecido en relación a su traslado a Latinoamérica. Si bien ellas llegaron en una menor cantidad que los hombres, fueron explotadas sexualmente tanto por sus congéneres como por los conquistadores europeos lo cual tuvo como consecuencia que se les considerara como objetos sexuales y de reproducción de mano de obra. Tal y como lo señala Stolckle [4], con el pasar de los siglos, las opresiones de género, raza y clase que fundamentan las dinámicas de las relaciones de poder se fueron sofisticando y naturalizando.
En efecto, dichas prácticas e ideas promovieron que, hasta el día de hoy, la sociedad latinoamericana tenga una cosmovisión androcéntrica donde los hombres tienen una posición privilegiada sobre las mujeres, en mayor grado sobre las mujeres afrodescendientes, desencadenando discriminación racial, machismo, desigualdad e injusticia social.
Por otro lado, respecto a las organizaciones de afrodescendientes, también su origen y evolución no es reciente sino ha ido de la mano con los principales períodos de la historia como fue la época colonial. Para estos fines, es de gran ayuda tomar la teoría de Aníbal Quijano quien divide el desarrollo de las organizaciones afrodescendientes, a través, del tiempo en tres etapas.
La primera etapa fue de los africanos esclavizados y su descendencia. Las primeras manifestaciones de las organizaciones de personas afrodescendientes esclavizadas se constituyeron en torno a la resistencia, ya sea refugiándose en palenques o bien formando parte del movimiento cimarrón para la liberación de las personas esclavizadas [5].
La segunda etapa surgió en torno a la época post-esclavista donde los primeros Estados- Nación consolidaron prácticas discriminatorias por razón de raza y una posición de subordinación de la cual fueron víctima la gran mayoría de libertos y sus descendientes. Esta situación generó las primeras demandas de reconocimiento, reivindicación y reparación histórica por parte del movimiento afrodescendiente que cada vez era más creciente en la región.
La tercera etapa se da inicio con la Conferencia preparatoria a Durban realizada en Chile en el año 2000, donde se marca un precedente para las nuevas formas de organización de las personas afrodescendientes en Latinoamérica. A partir de ese momento, el tejido organizativo se ha fortalecido y se ha articulado en redes regionales y subregionales, lo que ha incrementado la capacidad organizativa nacional lo cual permitió diversificar las demandas y ampliar sus líneas de acción en favor de los derechos del grupo afrodescendiente.
III. La problemática social de las mujeres afrodescendientes
La violencia contra las mujeres es una de las violaciones más generalizadas de los Derechos Humanos en todo el mundo[6] siendo América Latina una de las regiones donde se presenta uno de los mayores índices de feminicidios que es la expresión más extrema de violencia contra las mujeres y es que miles de mujeres son asesinadas cada día por el solo hecho de ser mujer.
La violencia contra las mujeres es una práctica fundada en desigualdades de género y relaciones de poder entre hombres y mujeres propiciado principalmente por el Sistema Patriarcal [7] y que condiciones como la pandemia por la COVID-19 agravó la situación de muchas mujeres al verse obligadas a convivir con sus agresores y menoscabando sus recursos de protección.
Pese a que la violencia de género afecta a la gran mayoría de mujeres a nivel mundial, no todas tienen una afectación de igual magnitud debido a la interseccionalidad. El análisis interseccional busca abordar las formas en las que el racismo, la opresión de clase y discriminación de género crean desigualdades que estructuran la condición y posición de las mujeres afrodescendientes y las subordinan al poder racista, clasista y patriarcal [8]. Por lo tanto, la explotación de los grupos considerados como “inferiores”, como es el caso de las mujeres afrodescendientes, se advierte en sus condiciones objetivas de vida como es la precarización de su derecho a la salud, educación, trabajo, asimismo, las hace más vulnerables de ser víctimas de violencia y explotación sexual. Debido a ello, tal y como lo advierte la Red de Mujeres Afroamericanas, afrocaribeñas y de la diáspora “las afrodescendientes han demostrado los efectos del racismo para las mujeres en las políticas públicas; en el carácter racial de la violencia hacia las mujeres desde demostrar la imagen estereotipada de sus cuerpos en los medios de comunicación donde aparecen hipererotizadas o en roles sexuados como sirvientas, hasta la violencia cotidiana en el ámbito público hecho por los aparatos policiales” [9].
Adicional a ello, no es un secreto que el acceder a un empleo y contar con educación son dos factores van de la mano y que éstos contribuyen a reducir desigualdades. Ya de por sí, es de conocimiento que las mujeres que logran acceder al ámbito laboral padecen de una serie de problemas ligados al género como son las brechas salariales. Aún peor, es la situación para las mujeres afrodescendientes, ya que, desde épocas coloniales se les ha considerado erróneamente como seres inferiores lo cual ha limitado hasta la actualidad que puedan desempeñarse en trabajos calificados. Según investigaciones de la Defensoría de Ecuador, los trabajos más recurrentes para las mujeres afrodescendientes son los ligados a la labor doméstica, sin menospreciar la labor de aquellas mujeres que se dedican a esta labor, el problema radica cuando por el género se asume ciertas labores para un grupo descartando la opción de elegir o la vocación para hacerlo.
IV. Situación de las mujeres afrodescendientes en el Perú, a propósito del caso Tai Loy
El Perú es uno de los países en Latinoamérica que ha reconocido en su legislación a la población afrodescendiente considerándola un grupo de especial protección. Por ese motivo, el Estado ha emprendido una serie de acciones traducidas en promulgación de leyes en favor de las y los afrodescendientes, políticas públicas y también gestos políticos como lo fue la R.S 010-2009-MIMDES, mediante el cual el Estado de Perú busco reivindicar y expresar su perdón histórico al pueblo afroperuano haciendo hincapié en la igualdad y respeto por la diversidad existente en el país revalorando la identidad afrodescendiente. Sin embargo, aún existen muchos aspectos en los cuáles trabajar para asegurar el pleno goce de derechos del grupo afrodescendiente, sobre todo de las mujeres que se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad. Prueba de ello, son las estadísticas que se han recabado a lo largo de los años donde se demuestra esa situación. Según datos del Censo de Diagnóstico (CEDET), alrededor de un 49% de mujeres afro peruanos mayores de 65 años son analfabetas y según datos de la Defensoría del Pueblo, el 54% de afroperuanos ha indicado haberse sentido discriminado, en el caso de las mujeres varias señalan no haber denunciado por desconocimiento o falta de pruebas [10].
A modo de reflexión, quisiera traer a colación uno de los últimos sucesos en nuestra realidad nacional acerca de discriminación racial, algo que por los hechos mencionados, reafirma que los prejuicios sociales heredados desde la colonia y a puertas de cumplir 200 años como república aún siguen siendo un reto para superar si es que deseamos vivir en un sociedad justa e igualitaria que abrace la diversidad y cuyos valores estén en armonía siempre con la dignidad de la persona humana.
El pasado 4 de julio, Anaí Medrano junto a su pequeño hijo visitaron las instalaciones de la conocida tienda de útiles escolares y juguetes Tai Loy ubicada en Barranco. Es ahí, donde Anaí Medrano señala haber sufrido de discriminación, así como lo denunció en su twitter, el hermano de la agraviada afirmando que su hermana había sido arrestada por ser presuntamente ladrona cuando su único delito fue ser una mujer negra.
La reacción de Tai Loy, increíblemente, se dio recién a las 24 horas de lo ocurrido, publicando un comunicado en sus redes sociales y solo dedicando un pequeño párrafo de 3 líneas para referirse a los hechos del caso en el cual no se disculparon con la agraviada ni mostraron una actitud conciliadora, al punto de, cancelar los comentarios de dicha publicación asumiendo una comunicación unidireccional con su comunidad y con el público en general. Esta actitud de la marca refleja, principalmente, una débil imagen corporativa escasa en valores. Por otra parte, instituciones como el Ministerio de Cultura [11] pidió que no se cometan estos actos discriminatorios contra la comunidad afroperuana. “Instamos a reflexionar respecto de las múltiples maneras en las que se estigmatiza a las personas afrodescendientes y renueva su firme compromiso de acompañar a las víctimas en la búsqueda de que estas situaciones cesen”, expresó. Asimismo, la Defensoría del Pueblo manifestó su rechazo a toda forma de perfilamiento racial contra personas afroperuanas. “Esta práctica discriminatoria debe erradicarse de la sociedad y de la administración pública en particular de las entidades encargadas de hacer cumplir la ley como la Policía del Perú [12].” Este último párrafo por los cuestionamientos sobre el actuar que la Policía Nacional tuvo en el caso referido.
Al día de hoy continúan las investigaciones, y lo más probable es que Tai Loy reciba una sanción en sede administrativa, pues la empresa tiene la responsabilidad de asegurar que el comportamiento de sus trabajadores no incurra en actos discriminatorios hacia sus usuarios.
V. Conclusiones
● La historia de la población afrodescendiente en América Latina se remonta a épocas de la colonia donde millones de personas fueron trasladadas desde África hacia el continente con finalidad de trabajar como esclavos, particularmente, las mujeres afrodescendientes tuvieron el rol de gestoras de mano de obra y fueron víctimas de explotación sexual.
● La problemática social de las mujeres afrodescendientes se basa en una serie de combinación de factores como el racismo y sexismo que en suma genera una especial situación de vulnerabilidad que predispone a las mujeres afrodescendientes a ser víctimas de violencia, discriminación en ámbitos educativos y laborales, lo cual genera una seria afectación al goce de sus derechos humanos.
● El Perú ha adoptado una serie acciones a favor de la población afrodescendiente traducido en el contenido de su legislación, diseño de políticas públicas y gestos políticos, sin embargo, a pesar de los esfuerzos, la discriminación racial sigue latente en nuestra sociedad.
[1] Ministerio de Cultura de Argentina, “Por qué se celebra el Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente”, acceso el 10 de julio del 2019, https://www.cultura.gob.ar/por-que-se-celebra-el-dia-internacional-de-la-mujer-afrodescendiente-8029/.
[2] Programa de actividades por el Decenio internacional para los afrodescendientes, (Naciones Unidas), https://www.un.org/es/observances/decade-people-african-descent/programme-activities.
[3] Sheila Walker y Georges Collinet, “Slaves Route: A Global Vision. Documentary” (UNESCO, 2010), http://www.unesco.org/new/es/social-and-human-sciences/themes/slave-route/right-box/related-information/slave-routes-a-global-vision/.
[4] Verena Stolckle, ¿Es el sexo para el género lo que la raza es para la etnicidad? Estudios afro- asiáticos, n°20 (1991):101-119.
[5] UNICEF, Manual de los Afrodescendientes en las Américas y el Caribe (Centro de Estudios e investigaciones Afro, 2006), https://www.refworld.org/pdfid/4b0d1a582.pdf.
[6] “Preguntas frecuentas: Tipos de violencia contra las mujeres y niñas”, ONU MUJERES, https://www.unwomen.org/es/what-we-do/ending-violence-against-women/faqs/types-of-violence.
[7] Diagnóstico regional sobre la violencia contra las mujeres afrodescendientes, (Asociación Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora, ARMAAD, cap. 2.
[8] Naciones Unidas, Mujeres afrodescendientes en América Latina y el Caribe: Deudas de igualdad, (CEPAL, 2018), cap. 1.
[9] “Plataforma Política de lideresas afrodescendientes ante el Decenio Internacional de los Afrodescendientes”, (Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora, 2015).
[10] Afroperuanas: Situación y marco legal de protección de sus derechos, (Ministerio de la Mujer, 2014).
[11] Milton Vela, 7 de julio del 2021 (14:52), El caso de racismo en Tai Loy: aplicando criterios de reputación, Diario Gestión, https://gestion.pe/blog/cafetaipa/2021/07/el-caso-de-racismo-en-tai-loy-aplicando-criterios-de-reputacion.html/?ref=gesr.
[12] Sociedad La República, 7de julio (21:54), Neyra sobre caso Tai Loy: Cualquier tipo de discriminación es condenable”, Diario La República, ttps://gestion.pe/blog/cafetaipa/2021/07/el-caso-de-racismo-en-tai-loy-aplicando-criterios-de-reputacion.html/?ref=gesr.

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